Los saludo en el Nombre del Señor.
En virtud de la contingencia sanitaria por la pandemia del COVID 19 y para evitar aglomeraciones y cualquier riesgo de contagio entre los fieles de la comunidad, este año, la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, ha decidido suspender las tradicionales peregrinaciones. Además, los días 11 y 12 de diciembre, si el semáforo epidemiológico continúa en rojo, las celebraciones de la santa misa serán virtuales, es decir, en vivo y a distancia, a través de las plataformas digitales que ya tenemos y conocemos.
Esto no significa que no celebraremos a nuestra Madre del Cielo, al contrario, ante tanto sufrimiento, dolor y angustia, necesitamos más que nunca de su intercesión, auxilio y protección. Por lo que este año alentamos a los todos los católicos de esta ciudad a festejar a la Virgen de Guadalupe en familia, en sus casas, con el santo rosario u otras oraciones, poniendo su imagen bendita en un lugar especial.
Invitamos a todos los fieles devotos de la Virgen de Guadalupe, este próximo mes de Diciembre, a una preparación más espiritual, desde la intimidad de cada hogar, participando de forma virtual del 1 al 12 de diciembre, a partir de las 5:00 de la tarde, con el santo rosario, algunas catequesis sobre el acontecimiento guadalupano, así como de la misa diaria.
Les pedimos que este año en vez de las flores, cada familia o persona, lleve a Catedral una veladora para encenderla afuera el día 11 y 12 por la noche. Ese pequeño signo será la forma de hacerse cada uno presente ese día. En cada veladora se podrá poner el nombre de algún difunto, de una persona enferma o por alguna otra intención particular.
Además, en el Salón Tepeyac se estarán recibiendo las despensas, ofrendas o donativos que se hacen todos los años para las personas más necesitadas de la comunidad.
A Santa María de Guadalupe, Madre Nuestra y de todos los mexicanos, le pedimos que implore al Padre de toda misericordia por nosotros, para que esta dura prueba termine pronto y podamos tener nuevamente un horizonte de esperanza y de paz. Que podamos experimentar su mirada llena de ternura y compasión que aliente nuestra fe y nos llene de serenidad.