El titular del ministerio del Interior de Austria, Karl Nehammer, pidió a la personas que se queden en sus casas ya que el peligro no ha desaparecido. Un atacante fue abatido pero se cree que hay otros prófugos.
Al menos dos personas murieron y 14 resultaron heridas en Viena, capital de Austria, este lunes por la noche, luego de que tuviera lugar una serie de ataques coordinados y “aparentemente terroristas”. El primero de ellos fue en las inmediaciones de una sinagoga. Con el correr de los minutos se reportaron cinco sitios más. Según consignó el ministerio del Interior a la Agencia de prensa APA, uno de los sospechosos fue abatido por la policía, mientras que otro fue arrestado y al menos uno más se encuentra prófugo. Todos los atacantes llevaban armas largas.
El medio local Kronen Zeitung citó testigos que aseguraron haber escuchado “al menos 50 disparos”. “Parecieron escucharse petardos, luego nos dimos cuenta que eran disparos”, indicó otro testigo a la agencia pública ORF. Agregó que un tirador había “disparado indiscriminadamente con un arma automática antes de que la policía llegara y abriera fuego”. La cadena también reportó que al menos un transeúnte había muerto y 15 personas habían resultado heridas, siete de ellas de gravedad e incluyendo a un policía.
Mientras que el periódico Die Presse reportó al menos siete muertos y numerosos heridos en seis “escenas del crimen”, incluyendo un restaurante y un hotel de la cadena Hilton.
De acuerdo a un comunicado de la policía de Viena, los primeros disparos se escucharon en torno a las 8:00 PM (hora local) en la calle Seitenstettengasse, en el centro histórico de la ciudad. A partir de entonces se reportaron disparos en al menos seis locaciones distintas en los alrededores.
Uno de los atacantes fue abatido por la policía, otro fue capturado y se cree que en el atentado participaron al menos uno más, que estaría prófugos.
En imágenes captadas por cámaras de seguridad se puede observar a uno de los presuntos atacantes armado con un arma larga, aparentemente de la familia de los fusiles de asalto Kalashnikov, y vestido de blanco.
Las fuerzas de seguridad acordonaron el área y pidieron a la población evitar acercarse a ella, lo mismo que a otras plazas públicas. También urgieron a la población a no compartir imágenes del hecho en redes sociales y anunciaron el cierre de las estaciones del subterráneo en la zona.
Poco después se informó que la asistencia a clases el día martes no sería obligatoria, dado que el atacante seguía prófugo.
Las autoridades desplegaron además las fuerzas especiales conocidas como Cobra y WEGA.
La misma agencia luego citó al ministro del interior, Karl Nehammer, quien calificó al hecho como un “aparente ataque terrorista”. El funcinonario pidió a la población quedarse en sus casas o dentro de recintos cerrados. “Quienes estén en sus casas deberían quedarse allí. Aquellos en bares deberían quedarse adentro”, dijo.
Un oficial de policía fue gravemente herido, y algunas reportes indicaban que habría muerto. También habría recibido un disparo un guardia de la sinagoga. Nehammer anticipó que el número de víctimas posiblemente crezca con el correr de las horas.
El líder de la colectividad judía austríaca indicó que no está claro aún si la sinagoga fue el objetivo del ataque. Tanto el recinto religioso como las oficinas adyacentes estaban cerradas cuando el hecho tuvo lugar.
Al momento ningún grupo terrorista se adjudicó el ataque, aunque los seis atentados coordindados han generado comparaciones con los sucesos ocurridos en París en noviembre de 2015, cuando nueve yihadistas que decían pertenecer el Estado Islámico (ISIS, en inglés) atacaron en distintos puntos de la capital francesa, armados con fusiles de asalto y chalecos explosivos. Mataron a 130 personas e hirieron a más de 400. En tanto la policía abatió al grupo entero en dos instancias diferentes.