En su participación en el Encuentro Nacional Anticorrupción, el ex presidente del Instituto Nacional Electoral (INE, antes IFE) propone romper modelo de negocio en campañas políticas, para terminar el fondeo ilegal
Destaca director de Integralia Consultores que los periodos electorales deberían ser un instrumento para que el pueblo hable, pero se han convertido en un mecanismo para comprar acceso privilegiado al poder, al dinero público o a permisos especiales
Para terminar con el fondeo ilegal de las campañas políticas, hay que romper el modelo de negocio, lograr que sea incierto el regreso de ese pago a futuro para los aportantes, dijo Luis Carlos Ugalde, en el segundo día del Encuentro Nacional Anticorrupción que se realiza en Chihuahua.
El director general de Integralia Consultores y ex presidente del Instituto Nacional Electoral (INE, antes IFE), presentó en el Museo Casa Chihuahua el tema “Financiamiento y gasto ilegal de las campañas políticas en México”.
“Aquí en Chihuahua se ha hecho una gran investigación, quizá la más completa que haya en México, para tratar de documentar cómo a través de la llamada Operación Safiro, en 2016, el PRI habría usado fondos federales canalizados al gobierno estatal para después monetizarlos y desviarlos para campañas políticas”, destacó durante su ponencia.
Dijo que se trata de una investigación en marcha, y añadió, “quizá se trate de la documentación más amplia de cómo se construye un sistema global para tratar de desviar recursos públicos, para campañas políticas”.
El doctor Ugalde destacó que el elemento más importante de la razón por la cual la democracia ha significado más corrupción en México, es el financiamiento ilegal de campañas políticas: “por cada peso que informan a las autoridades, hay 25 pesos que fluyen por debajo de la mesa, en un mercado subterráneo ilegal”.
“Creo que lo que está haciendo este gobierno es importante, las empresas factureras han sido el mecanismo de gobiernos, empresas, empresarios y contratistas, para monetizar dinero. Si tú eliminas la capacidad para generar efectivo, tú reduces ampliamente el negocio de las campañas”.
Además, dijo, “las campañas, que deberían ser un instrumento para que el pueblo hable, se han convertido en un mecanismo para comprar acceso privilegiado al dinero público mañana”.
Es por ello que los principios del sistema de coordinación para controlar el financiamiento ilegal de las campañas políticas con recursos públicos y privados, deben romper el modelo de negocios, decirle a los empresarios y contratistas que aportan estos recursos, “tu dinero que das hoy, quién sabe si se te podrá pagar de regreso”.
Explicó que como parte de este procedimiento ilegal, empresarios, contratistas y constructores donan dinero a las campañas políticas porque quieren comprar acceso.
Para este proceso –agregó– toman dinero de una empresa y lo monetizan a través de diversos mecanismos, para otorgarlo en efectivo o en especie, a una campaña.
El especialista detalló que este dinero ilegal proviene de tres fuentes principales: el desvío de recursos públicos, el financiamiento privado ilegal y el crimen organizado, sobre todo, dijo, para campañas de ayuntamientos en el país.
“El crimen organizado, desafortunadamente se ha convertido en un factor de control político de gobiernos municipales en un segmento cada vez más relevante del territorio nacional. Fondea campañas, pone y quita candidatos y esto es un problema mayor”, expresó.
Ugalde recomendó que para disminuir el financiamiento ilegal de las campañas políticas, se debe disminuir la disponibilidad de efectivo: “es un tema muy importante que no se use efectivo en las transacciones de gobierno”.
Por otra parte hay que mejorar la fiscalización del gasto en los estados, a través de una función más profesional de los congresos, además de que el INE haga lo propio con los partidos políticos, porque buena parte del dinero de las campañas no pasa por el registro de las campañas, sino por el registro de lo que gastan los gobiernos.
De forma complementaria, agregó, se tienen que mejorar las contrataciones y la asignación de obra pública y permisos y combatir la discrecionalidad en la asignación de contratos públicos.
“Si mejoramos el sistema de contrataciones públicas en México, daremos un enorme paso para combatir el fenómeno del financiamiento ilegal”, señaló.
Propuso también promover el voto obligatorio, “ya que buena parte de lo que las campañas hacen cuando pagan la movilización del clientelismo electoral, es llevar a los votantes el día de la jornada”.
Consideró que el voto obligatorio es un instrumento para disminuir el dinero que se gasta en pirámides burocráticas de movilización del voto.
“Yo aprendí en la escuela que la democracia generaba transparencia y la transparencia combatía la corrupción, pues sucede que si uno analiza los últimos 20 años de la historia de México, uno verá que hoy hay más corrupción de lo que había a fines del siglo XX”, expresó durante su ponencia.
“Entre más competitivas son las elecciones, cada vez se gasta más dinero; las campañas se han convertido en un medio para comprar acceso al poder, los empresarios, contratistas, coyotes, se han dado cuenta que dar dinero a un candidato que lo necesita, es una manera de comprar contratos futuros de obra pública y permisos especiales”, comentó.
“En ocasiones, muchos compran impunidad, gobernadores en funciones que quieren dar dinero a la campaña de su partido o de otros partidos, para comprar impunidad y que no sean investigados en el futuro.”, añadió.
Dijo también que el dinero de las campañas se usa para el enriquecimiento personal.
Expuso que esta problemática se multiplicó ante la ausencia de elementos como la legalidad, la enorme omisión de los poderes legislativos, cuya función es vigilar al Ejecutivo para que cumpla la ley.
Destacó que muchos congresos han sido cooptados por los gobernadores y se han dedicado a negociar la aprobación de sus cuentas públicas, lo que los convierte en cómplices, en lugar de ser un garante y contrapeso, “y qué decir de los jueces, en donde hay un problema serio y severo de corrupción”.
Los mandatarios a nivel nacional y estatal, indicó Ugalde, para contrarrestar un congreso opositor les han dado “manga ancha” a los legisladores, para que pudieran asignar fondos de forma directa, gestándose así una industria de sobornos que desvirtúa la labor de fiscalización.
Al abordar el tema de todo el dinero que fluye a las campañas por debajo de la mesa, mencionó que es dedicado básicamente para construir redes de operadores políticos clientelares, que se dedican a promover el voto casa por casa, a movilizar votantes el día de la elección, e intentos de compra del voto, con estructuras que integran a cientos o miles de personas y que tienen un enorme costo.
Señaló que la cobertura de medios de comunicación, es otro de los gastos en los que aplican el recurso de las campañas, en busca del triunfo, lo que ha favorecido la corrupción de algunos medios de comunicación.
Explicó que la creciente asignación de recursos al concepto de comunicación social, creó una industria de medios adicta al dinero público, que se dedicó a reproducir el periodismo declarativo “porque quien paga manda”, acción que demeritó el periodismo de investigación.
Lo anterior, dijo Luis Carlos Ugalde, ocasionó que los medios vivieran de los gobiernos y no de sus lectores, lo que “prostituyó” la labor de muchos medios de comunicación.
“Empezaron a encontrar en las campañas un mecanismo adicional de lo que podríamos llamar extorsión, que es cobrar para cubrir la cobertura de campañas. Pero además, esto derivó en que los políticos también se volvieran adictos a entregar dinero a los medios, a cambio de comprar popularidad”, expresó.
Expuso que en estrategas se presenta el tercer gasto, para contratar encuestadores, consultores, y este es un enorme reto por ser servicios no tangibles, que se dan a través de un sistema de transacciones global de bienes intangibles de difícil verificación.
El cuarto uso que se le da a los recursos, es el enriquecimiento personal, lo que ha llevado a muchos candidatos a postularse únicamente para obtener dinero, motivo por el cual en ocasiones, ser un candidato perdedor es un buen negocio, señaló.–