El CJNG y el Cártel de Sinaloa son identificados como los principales grupos del crimen transnacional que inundan las calles de EEUU con el mortal opioide sintético que llevó a declarar una crisis de salud pública desde 2017 y ha generado cientos de miles de muertes desde entonces.
La Administración del Control de Drogas (DEA) alertó a las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley de Estados Unidos por el aumento de sobredosis masivas de fentanilo propagado por cárteles del narcotráfico en un llamado urgente para concretar las intervenciones necesarias, así como investigaciones y detenciones de quienes resulten responsables de la epidemia.
Anne Milgram, titular de la agencia norteamericana, envió una carta al resto de las dependencias federales por la crisis de emergencia nacional, lo cual constituye una ampliación a la alarma difundida en septiembre del año pasado sobre el aumento en la disponibilidad y accesibilidad de píldoras recetadas falsas que contienen el opioide sintético.
“El fentanilo está matando estadounidenses a un ritmo sin precedentes”, dijo la administradora de la DEA en su misiva de este 6 de abril reciente, tras contabilizar al menos 29 personas que han perdido la vida por 58 sobredosis.
Muchas de las víctimas de estos eventos de sobredosis masiva pensaron que estaban ingiriendo cocaína y no tenían idea de que de hecho estaban ingiriendo fentanilo.
De acuerdo con datos previos de la DEA, grupos del crimen transnacional como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) son los que inundan las calles con el narcótico que derivó en récords de muertes por sobredosis. Aunque envían cargamentos con pastillas de fentanilo, también mezclan el químico con otras sustancias como la cocaína en un esfuerzo por generar adicción y atraer compradores habituales.
Según los registros más recientes de la agencia norteamericana, los eventos relacionados con el fentanilo, caracterizados como tres o más sobredosis que ocurren en un momento cercano y en el mismo lugar, han ocurrido en al menos siete ciudades estadounidenses en los últimos meses.
Las demarcaciones afectadas incluyen Wilton Manors, Florida; Austin, Texas; Cortez y Ciudad de Comercio, Colorado; Omaha, Nebraska; San Luis, Missouri; y Washington, D.C. Pero las autoridades aseguran que el problema se extiende en todo el país.
El evento que marcó la tendencia de este 2022 ocurrió el 28 de enero, cuando 10 personas sufrieron sobredosis y nueve de ellas murieron en la capital de EEUU. De acuerdo con las investigaciones, los consumidores ingirieron crack mezclado con fentanilo.
Los Centros de Control de Enfermedades indicaron que el periodo de 12 meses concluido en octubre pasado más de 105 mil estadounidenses murieron por sobredosis de drogas y la mayoría, el 66%, están vinculadas con opioides sintéticos como el fentanilo.
Tan solo en 2021, EEUU sufrió más muertes relacionadas con el narcótico que aquellas originadas por armas o accidentes automovilísticos combinados. Por ello se han sumado dependencias para contribuir en combatir la epidemia, tal como el alguacil Mike Milstead, presidente del Comité de Control de Drogas de Dakota del Sur.
Seamos claros: estos envenenamientos son parte de una maniobra estratégica de los cárteles y deben ser detenidos
A raíz de la alerta detectada, la DEA centrará sus esfuerzos en prohibir la sustancia, pero en investigar e identificar a los traficantes como a las organizaciones que son responsables de enviar cargamentos. Además de poner a disposición sus instalaciones y personal para el análisis de los casos, así como ayudar a los fiscales en procesos judiciales.
La DEA está trabajando diligentemente para rastrear los eventos de sobredosis masivas hasta las organizaciones narcotraficantes locales y los cárteles internacionales responsables del aumento de la oferta nacional de fentanilo
Los decomisos se han incrementado en tasas récord, pues tan solo en los tres meses de este año aseguraron casi una tonelada de la droga, 907 kilos, además de un millón de pastillas falsas. Durante 2021 fueron incautados 6 mil 803.8 kilogramos en todo el país, suficientes para matar a toda la población de Estados Unidos.